El libro de paja


Debajo de las gotas de mi regadera, pensé y pensé en las fortuitas desventuras por las que mi alma pasa.


Y es la segunda vez, desde entonces, que me encuentro saludando de nuevo al frío piso de la ducha, que en realidad es más cálido que mis pensamientos.

Gota a gota, tallada tras tallada, rasguño tras rasguño... lo que intento es limpiar mi alma.

No me queda norte ni rosa que me guíe, sólo mi persona que brota con mi tristeza, y después de tantos años, sigue siendo la única que acompaña mis noches. Tal vez mi promesa se cumpla sólo con ella.

Tal vez fue eso, que no pasamos una noche entera, el sello infinito que siempre dije honrar, pero fueron más mis ganas que mis acciones supongo. O tal vez fuiste tú, que desde un principio lo supiste.

El agua cae duramente en mi rostro, como bofetadas por cada vez que fui inocente, en que creí, en que soñé, en que me atreví a pensar bien, para variar.

Me ahogo con aire, que mueve la brisa y el rocío hacia donde mi rostro no soporta una historia más. Todas escritas con mi puño débil que ansiaba escribir sólo una. Pero en vez de eso, se dedica a llenar página tras página, con letras que sólo significan algo para mi, y que después de leerse, sólo dejan a la imaginación el terrible destino que debe estar pasando su autor. El sufrimiento, sin duda, que arde en mis dedos.
Cuatro mil hojas, todas hechas de paja. Es más o menos lo que traje a la vida, una historia sin protagonista ni conflicto. Lo único que se puede apreciar, es el clímax, el cuál fuimos expertos en prolongar.

(Sigue cayendo el agua) No soporto, no soporto mi peso, ni el de aire a mi alrededor, y este piso tan frío y tan húmedo que deshace el libro que tengo en mis manos. Todas las promesas, se borran con la corriente, y todo el futuro se desvanece con cada hoja que el agua deshace al contacto.

Mi alma, no deja de gritarme, sonidos que ya conozco y que me gusta ignorar. Me grita verdades sin piedad, verdades que uno siempre sabe que lo mantienen a uno vivo. Pero ya es tarde, sin pena y sin gloria mi voz gana su guerra, y digo a lo alto el improperio que me viene a la mente. No ofendo a nadie de cualquier modo, sólo mi ser se siente ofendido, por haber creído tan ciegamente, por haber entregado mi garganta a semejante empresa. Lo aposté todo por esa tinta, y la paja que con ella se escribió.

No puedo evitar culpar a mis dedos, sutiles y a la vez descuidados, siempre en busca de una mano para el contacto. Culpo a mis ojos, siempre en busca de otros que buscan también, culpo a mi pecho por buscar albergar una vida como esta. Pero los culpo a todos a la vez, por haber dejado de buscar. Por haberse dedicado a escribir solamente, historias con final y sin principio, y principios sin finales donde morir. La culpa es mía por deshojar estas páginas.

Mis párpados a penas y pueden ver tras las gotas que los golpean, pero no importa, pues es un reto poder ver a través de una lágrima. De cualquier modo ya están lo suficientemente rojos, y sigue sin importar.

(Y el agua no se detiene) ¡Nunca lo hace! Cada día, cada historia sin antagonista, cada faceta de mi vida se escribe en este libro de paja, frágil, combustible, que no desea otra cosa que volverse piedra, tan sólo para evitar su erosión. Pero no, por ahora no. No importa cuan profundo llegues las uñas, no llegarán a mi alma, y no importa que tanta agua corra por mi cuerpo, esa misma alma no llegará a limpiarse. Sólo queda mi mente, que habla con mi corazón, para acusarlo de idiota, y para darle paz.

Así es mi libro de paja, grueso y bromoso, pero con nada dentro.

Sólo para Poetas




Tutorial Sólo para Poetas

Bien, después de haber elaborado un Tutorial para Cuento corto. Me veo en la necesidad (Personal) de hacer uno para poetas.
En lo personal, yo soy un sujeto de hechos, más que de abstracciones. Pero mi experiencia siempre me ha llevado a los subjetivos campos de la poesía…
Primero que nada, nos enfrentamos al mismo dilema que con los demás géneros. Hay que aprender a discernir entre los diferentes estilos de escritura artística.
La poesía desde su raíz etimológica significa “Creación”. ¿Pero creación de qué? Pues señores y señoras, Del mismísimo ¡Todo!.
La Poesía según Heidegger, es la instauración del ser por la palabra. Cuando nos referimos a “Todo” nos referimos precisamente a la existencia misma. Si nos ponemos un poco más platónicos la Poesía puede ser considerada como la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra. Significando esto, que con la poesía describiremos la belleza de dicho todo (o al menos de lo que nosotros consideremos efectivamente bello) Como sea el caso, nadie puede decidir que es bello o no, y siendo ese el caso, todo es bello y punto, así que por lo tanto dejaremos instaurado que la poesía es la descripción de la existencia.
Ok, entonces ¿Eso significa que cualquier descripción que se me ocurra del mundo es Poesía? Pues idealmente así es. Sin embargo la diferencia de la poesía de las otras corrientes literarias radica en su forma y en la aproximación a la esencia de dicha descripción.
Tal y como en una factorización matemática, la poesía es la expresión mínima de lo que queremos decir o describir. Dejando de lado toda la paja literaria que los poetas pueden acusar a los cuentistas de tener.
Cuando hablamos de poesía estamos hablando de una expresión del autor acerca de cualquier cosa. En el cuento, aunque sea en primera persona, ese mensaje viene de manera sesgada, es decir, lo vivimos a través de otra persona, objeto o criatura. En la poesía somos nosotros los que estamos observando de frente la emoción y el mensaje del autor. De ahí su peculiar dificultad, pues el autor debe ser lo suficientemente hábil para transmitirlo sin encontrarse con una interpretación demasiado equivocada.
Pongamos las cosas en forma. Hay muchas maneras de escribir una poesía, y dependiendo de la forma en que hayamos decidido hacerlo la clasificación y dirección que se le tiene que dar al resto de la obra. Recuerden que existe el mismo problema que con cualquier otro género literario, hay que decidir qué es lo que queremos escribir y hacerlo, y no hacer una revoltura que termine por causar una confusión. Sólo que en este caso, en ves de pensar ¿Qué quiero hacer? (cuento, novela, guión) nos preguntamos ¿Cómo quiero hacerlo? (soneto, prosa, canción, haikú, etc.)
Sabemos de antemano que queremos escribir Poesía, bueno es hora de decidir de qué manera vamos a hacerlo.
Es muy común que nos encontremos dejando el alma en el papel, y después de leerlo nos demos cuenta que el texto comenzó siendo un texto poético lírico y después le agregamos un poco de prosa poética y rematamos con unas rimas que nos salieron casi por accidente. Esto es el error más común para los escritores independientes y viserales como lo somos todos.
Una vez que hemos decidido de qué manera nos vamos a expresar, es importante conservar la estructura para que al final podamos decir que le hemos dado “Forma” a nuestros pensamientos.
Existen una infinidad de estructura pre-determinadas para escribir una poesía, todos con sus nombres y sus reglas estrictas. Seguramente habrán oído de lo que es un Soneto: Un poema compuesto por catorce versos endecasílabos (de once sílabas) donde existe una rima consonante. Los versos se dividen en dos cuartetos y dos tercetos.
Esto es sólo una manera de la basta gama de estilos de la poesía. Casi dependiendo del lugar donde naciste, te aseguro que habrá un estilo distinto, pregúntale a los Japoneses con su Haikú y sus versos heptasílabos. Las posibilidades son enormes, y ciertamente demasiadas para ser mencionadas todas aquí.
Sin embargo, este tutorial se va a enfocar en la esencia de todo lo anterior dicho. La imagen.
Los diferentes estilos poéticos cada vez caen más y más dentro de los olvidados campos del arcaísmo literario. Hoy en día lo que los artistas buscan es sólo una manera de expresarse. Sin embargo la poesía no va a desaparecer, aunque sus corrientes tal vez lo hagan. En ese caso hay que concentrarnos en lo importante: LA IMAGEN.
Así es, los artistas gráficos pueden sentirse con un poco de ventaja, si es que su nivel cognitivo está lo suficientemente fragmentado como para dedicarse también a la escritura. Ya que la manera en que nos interesa transmitir un sentimiento es a través de la imagen. Dicho gráfico, al meno en este estilo literario se lleva a cabo por medio de los versos que estamos elaborando.
Debemos recordar que la poesía se convierte día con día en una rama del arte que se le denomina arte plástico, pues con plástico se refiere a la materialización del mensaje del autor en un medio (pintura, arcilla, mármol, palabras…) Dejando a la poesía en un producto cuya materia prima son las letras.
Nuestra finalidad como poetas entonces es, la de transmitir un mensaje o sentimiento, por medio de una imagen cuya construcción es a base de palabras, sílabas y versos.
Entremos por fin al área de los ejemplos. Les compartiré uno de mis poemas favoritos de toda la vida, de la mano de Iván Oñate, dice así:
“Pisoteado
Por la incandescente bestia
del desierto.

Un día busqué el amor.

Solamente sirvió para beber de sus ojos
algo más cruel
e insondable:

Otro desierto.”
-Iván Oñate “La ciudad de las tinieblas”

¿Qué podemos ver aquí entonces? ¿Qué nos está intentando decir el buen Iván?
Quiero que observen la construcción de este texto. No nos está narrando una historia, un cuento precisamente, no nos dijo:
“Una vez me encontraba en un desierto donde estaba sufriendo de sed y calor. Y me encontraba triste porque no conocía el amor, lo cual hacía todo mucho más complejo. Luego encontré a alguien a quien amar, una chava que me ofreció agua y me salvó la vida de la cuál quedé profundamente enamorado, pero la triste verdad es que ella nunca me correspondió, y desde entonces aprendí que ni el desierto más árido se puede comparar en magnitud y soledad que al de mi corazón no correspondido”
¡No! Él, en ocho versos nos ha dicho todo lo anterior. Con palabras que nos transportan a donde él desea y nos dicen exactamente lo que nos quieren decir. Con sólo mencionar la palabra “desierto” nos arroja a un mundo de calor y soledad, lo cuál no es así de literal, puede que nos intente decir que simplemente se encontraba sólo, y que esa situación lo “pisoteaba”.
Con decir “busqué el amor” nos dice que dicha situación lo llevó a buscar una salida casi profética que es el amor. El remedio a todos los males universales.
Remata diciendo: “Otro desierto” Y nos aclara que su búsqueda solo lo guió al lugar donde inició.
Se puede armar toda una historia de lo anteriormente dicho. Pero es precisamente lo que no nos interesa escribir como poetas. Nosotros vamos a la esencia de nuestro mensaje. Creamos una imagen en nuestro lector que sirva de símbolo de nuestra descripción.
Aquí damos entonces con otra palabra clave, el SÍMBOLO. Los humanos llevamos utilizándolos desde tiempos inmemorables, y de hecho la psicología nos dice que nuestra capacidad de atribuir un significado a un símbolo, es en gran parte lo que nos separa de el resto de las especies.
Las imágenes que creamos, las palabras y frases que utilizamos para crear poesía deben servir como un SÍMBOLO de nuestro mensaje.
Los hombres de las cavernas eran capaces de contar su historia por medio de unos monitos con unos palitos puntiagudos que se encontraban junto a lo que parecían unos mamuts. Observamos esta imagen y de inmediato nos viene a la cabeza una palabra: Cazar.
El poeta viene a hacer exactamente lo mismo. Los hombres de las cavernas no iban a dibujar una historieta completa con diálogos y todo ¿Verdad?, no. Ellos ya eran capaces de sustraer, abstraer y deshebrar sus vivencias por medio de dibujos claves. El poeta tiene la misma función. Va a decir sus vivencias, sus sentimientos y sus descripciones del mundo por medio de imágenes clave. Y así como las pinturas rupestres de los neandertales carecían de globos de diálogo, nuestros versos van a carecer de aquellos recursos de la narrativa que, al menos en este estilo, vienen sobrando.
No es lo mismo decir:
“Así, fue como abrí la puerta que me mi amada me cerró, y encontré su mirada fría indicándome su reproche”
A decir:
REPROCHE
“Mirada fría tras el cerrojo.“

¿Pueden observar la abstracción del mensaje? La frase anterior fue transformada en una sola imagen que lleva como título Reproche.
Aquí podemos entonces dejar claro que la poesía es más parecida a observar un cuadro, que a ver un cortometraje por ejemplo.
El poeta debe llevarte a una galería de imágenes con un fin común, el cuál se verá reflejado en el título de nuestro texto. Purgando nuestros versos de palabras, frases, artículos y auxiliares innecesarios. Solo dejamos el símbolo. ¿Qué es un reproche? Es una mirada fría tras el cerrojo. Así de sencillo.
Esto es lo que yo intento rescatar de los textos poéticos. No importa si rima o no, o si es un endecasílabo o un heptasílabo, lo que a los poetas les debe interesar es que su mensaje sea procesado y embotellado dentro del símbolo más adecuado.

ESTÉTICA

Existe una segunda cuestión en cuanto a la poesía. Como dije, es un arte plástico. Por lo tanto se vale de una materia prima, y dicha materia transmite un mensaje dependiendo de la forma en que se le de.
Esto no ocurre en una narrativa. Si en un cuento separamos dos palabras por 4 espacios, es considerado un error de dedo. No debe ser así, en la narrativa el mensaje se da a través de lo dicho, no de lo escrito. Permítanme hacerme más claro:
“–Pero ¡Julia!..............Yo te amaba.”
Aquí podemos observar el espaciado exagerado que se dio entre las palabras, esto en la narrativa es un error ya que existen maneras “correctas” de lograr esa separación y dar la misma impresión. De forma escrita pudo haber sido así:
“–Pero ¡Julia!... Yo te amaba.”
“–Pero ¡Julia! –Hizo una pausa para tomar aire.– Yo te amaba.”

Dentro de la poesía esto lejos de ser un error, ¡es un recurso!
Recuerden que la poesía tiene también un valor estético, y deben imaginar que la hoja es su lienzo, y que las letras son su pintura. Por lo tanto son libres de utilizar las palabras y su forma (En algo que se llama métrica) para su conveniencia. Así pues ustedes pueden utilizar la forma de sus palabras y sus frases como un recurso secundario o primario para dejar el mensaje deseado. Por ejemplo:
“Vida tras vida
muerte suave
como las hoja
........ s
.............. qu
................... e

................... c
............... a
................ e
.........................n.”
(Ignoren los puntos, dada la edición de HTML no hubo manera de poner las separaciones sin ellos, para ver el original visiten www.kundu.deviantart.com)



Como pueden observar la forma plástica del escrito es tan valiosa como el mensaje intrínseco que transmite.
Cada coma, cada signo, cada punto y espacio cuenta para darle a nuestro poema todavía más valor del que ya tiene sólo con lo dicho. Lo maravilloso acerca de la poesía es que cada signo de puntuación existente es utilizable para nuestra conveniencia. Dense la oportunidad de utilizar los signos en un poema y verán como adquiere un nuevo nivel, vamos, explórenlos ª!”·$%&/()=?¿*^Ǩ!° Todos son parte de nuestra pintura así como si usáramos un pincel distinto sólo para hacer ese efecto que deseamos y que sólo con él puede lograrse.


ÚLTIMAS RECOMENDACIONES

Para terminar este tutorial quiero recalcar el hecho de que no abarqué ni una décima parte de los estilos estrictos de poesía, pero lo he elaborado para que usen la poesía como la herramienta de expresión que es.
Mi único consejo en cuanto a forma, es que intenten no combinar un estilo muy obvio con otro. Cuestiones como la métrica plástica mencionada en el apartado anterior no funcionan muy bien en prosas poéticas.
Si vas a escribir con prosa, entonces que todo sea prosa poética, si vas a hacer que rimen, entonces justifica tu rima con otras más. Lo importante está en darle forma y unidad a tu texto.

Con esto doy por terminado este pequeño tutorial (muy general creo yo) de poesía libre.

Recuerden poner su alma en sus textos. De esa forma, los demás lo viviremos con ustedes.






Su amigo Kundu del Castillo

Tutorial Sólo para escritores




SÓLO PARA ESCRITORES

Durante mi estadía aquí en Deviant Art (DA) he tenido oportunidad, como dibujante, de encontrarme con un sin fin de tutoriales: Que para usar pshotoshop, para usar ilustrador, manejo de luces, como hacer un lineart limpio, como dibujar de cierto estilo, como colorear en otro y sigue la lista.
Sin embargo nunca he encontrado un tutorial que se trate acerca de la manera de escribir. Que te enseñe uno que otro truco para que después lo apliques tu mismo (que es lo que sucede con la mayoría de los tutoriales), o por ejemplo que te ilustre acerca de un estilo predeterminado.
Me gusta el arte en general, y entre mis varias pasiones además de ser ilustrador, se encuentra la de la escritura que, a mi muy personal gusto, es lo que mejor se hacer.
Recuerdo aquellos días cuando era primerizo en la escuela de escritores a la que asistía. Todos íbamos impetuosos con nuestros escritos que de manera autóctona habíamos elaborado, y al menos yo, iba confiado en que impresionaría a más de alguno. Error.
La cuestión era muy simple, técnicamente ninguno de los textos que se presentaron aquel día eran… Algo.
Si, las manzanas son manzanas cuando crecieron y se desprendieron de una rama de manera natural. Las ramas son ramas cuando salen desde el tronco y se llenan de hojas o se ramifican aún más. El tronco es un tronco cuando su cuerpo pasa a estar hecho de madera después de haber sido una planta, o un brote, y dicho brote haber salido de una semilla. La lógica es sencilla, todo tiene un orden, todo tiene una estructura, y no puede existir una manzana que salga de un brote directo de la tierra. O no puede haber una semilla con ramas, o un tronco que salga directamente de una manzana. Espero que mi ejemplo ilustre lo que intento decir, pues lo que aprendimos ese día fue que:
+Las manzanas son manzanas con todo lo que eso implica, los cuentos son cuentos con todo lo que eso implica, las novelas son novelas, los poemas son poemas, y un largo etc, con todo lo que implica ese largo etc.
Un problema que todos los autodidactas, como lo somos la mayoría (efectivamente me incluyo) es que escribimos de una manera visceral y autóctona, nos concentramos de una manera casi egocéntrica en nuestros propios pensamientos que salen como agua de nuestros dedos, lo cual es increíblemente valioso, pero cuenta con una desventaja, y es que el talento existe, pero sirve de poco si no está bien dirigido.
Algo que me costó trabajo aprender, es que de la estructura nace la originalidad. Uno puede agarrar una guitarra por ejemplo, rascarla durante horas y horas sin tutela de ningún tipo, y al cabo de un año probablemente puedas tocar ya muchas canciones. Pero mientras experimentabas con las cuerdas, te das cuenta de que cada cuerda tiene una nota, que cada traste hace subir o bajar la nota un tono o un semitono, que cualquier cuerda presionada en el quinto traste suena igual a la siguiente estando al aire. A lo que voy es, que no importa si se hace como pura experimentación, las cosas tienen lineamientos a los que inevitablemente llegas. Uno como autodidacta llegará indudablemente a ellos, pero la cuestión de los maestros es que aceleran ese proceso. Bien decía el buen Borges:
“Lo imposible es no componer, ni siquiera una vez la odisea. Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres” Jorge Luís Borges – El Aleph.

¿Qué quería decirnos Borges con esto? Pues que no importa si estás tu sólo, vas a descubrir las mismas cosas, los mismos lineamientos, la misma ESTRUCTURA, aunque te tome más tiempo. En fin. Vamos entrando en materia ¿Les parece?

Lo hermoso del asunto es que una vez que conoces la estructura natural de las cosas, hasta entonces, y sólo entonces, ganas la habilidad de cambiarlas a tu conveniencia, y por consiguiente, de ser original. La cuestión está en conocer las reglas, para después torcerlas, romperlas, y arrojarlas por la borda. Sin embargo, esto tiene que hacerse cuanto tienes pleno conocimiento de lo que estás haciendo, no antes.
El problema que describí acerca de que los escritos no eran “Algo”, refiere a que, por ejemplo, mi cuento no era un cuento, carecía de algunos componentes en el que no lo dejaban clasificar como tal, tenía un poco de novela, pero de nuevo tampoco entraba en esa categoría, ¡Le encontraron un poco de prosa poética! Pero tampoco era esto último.
Había personajes, había un clímax, estaba bien redactado, era memorable en otros aspectos, pero la triste verdad es que no era nada. Si acaso pudiera haber sido clasificado como “Una idea bien escrita”, solamente.
Esto fue algo que no sólo me sucedió a mi, sino a todos los integrantes más nuevos. Alguna poesía que no era poesía, alguna prosa que no era prosa, etcétera.
En ese caso, la primera lección es, saber qué es lo que estás escribiendo.
Enterarte, saber, informarte de eso que quieres escribir. Muchos creemos que somos cuentistas, mientras que somos novelistas, muchos creemos ser poetas, mientras que lo que hacemos son prosas. Y en ese caso, o te das el título que en realidad tienes, o te enfocas en lo que quieres hacer. El único problema es que la falta de información trae consigo el hecho de que le agregas un poco de cada estilo a tu escrito, y termina sin ser una cosa o la otra, lo que muchas veces le resta calidad.
En ésta ocasión vamos a enfocarnos en los lineamientos del cuento clásico. Que es lo que la mayoría suele escribir (me incluyo).
Grandes exponentes del cuento clásico son: Jorge Luís Borges, Isaac Asimov, y Julio Cortazar. Sus cuentos son muy sencillos de conseguir y pueden ilustrar de mejor manera mis explicaciones.
Por qué el cuento clásico para comenzar. Decía de nuevo, mi muy citado Borges (parafraseando) que le era imposible escribir una novela, pues esta te obliga a llenar de “paja” las historias. Esto no es necesariamente verdad, pero muchos caen este paradigma.
Un cuento en el formato “clásico” está constituido de cuatro partes fundamentales, y que más tarde se subdividen consecuencialmente.
1.- GANCHO: Este no necesariamente tiene que ser el estricto inicio de la trama. Su función consiste en “Ganchar” al lector dentro de la lectura. Puede ser cualquier cosa, una frase, una escena, un dato histórico, o como en cierta obra, una toalla ensangrentada con un miembro adentro. Las posibilidades son infinitas realmente.
Ahora, dentro del gancho no se necesita dar una introducción detallada de los personajes, o una contextualidad, sin embargo esto último puede ocurrir después. El gancho está hecho para poder anclar al lector a lo que será la introducción de nuestro cuento y de nuestro conflicto.
2.- DESARROLLO: Aquí es donde das a conocer al personaje principal, el lugar donde se desarrolla la historia, otros personajes, y sobre todas las cosas, muy importante, IM-POR-TAN-TE… El conflicto.
Hablaremos acerca del conflicto y sus implicaciones hasta más adelante.
3.-CLÍMAX: Esta es la parte cúspide del cuento, y puede tener la forma que se le desee dar. Un clímax no quiere decir que tiene que haber una escena de acción del “Good Guy” VS “Bad Guy”, aunque es un recurso muy utilizado. La verdadera esencia del clímax se encuentra en la Confrontación del personaje principal con el conflicto. Lo escribiré de nuevo por si quedó duda “La confrontación del personaje principal con el conflicto”.
Insisto tanto en este punto pues a veces puede ser engañoso. Imaginen un relato de guerra, donde desde el mero principio del relato el personaje se encuentra en una constante lluvia de granadas, disparos, y NAPALM que cae del fuego con forma de lenguas de dragón. Bien, la escena anterior no es necesariamente el clímax. Puede que el clímax de mi cuento radique en una conversación con uno de sus compañeros donde expone las verdaderas razones por las cuáles no se atrevió a matar al soldado enemigo, o tal vez en un recuerdo de su triste infancia en donde se explica el porque terminó en esa guerra sin sentido, o si lo quieren más cliché, pues entonces puede ser cuando el soldado enfrente a el general enemigo a quien le tiene terror.
En el ejemplo anterior tenemos una escena de acción, o mejor dicho un cuento de acción, pero eso no significa que nuestro clímax va a contener todavía ¡más acción!. Como dije con anterioridad, el clímax trata de la confrontación del conflicto, de la resolución del obstáculo.
4.- DESENLACE: El desenlace es el cierre de la historia, aquí es donde se atan los cabos sueltos que el autor dejó en su paso por las otras 3 partes. Y se resuelve o no el conflicto.
En este tipo de narrativa el desenlace suele ser corto, funcionando casi como un epílogo, sin embargo (y como en todas las secciones anteriores) su longitud puede variar a placer, dejando un desenlace mucho más largo que el clímax o tal vez al revés.
Para estas alturas del cuento, el personaje principal debe haber resuelto o no el conflicto y las consecuencias del desarrollo se dejan ver.
También existen muchos tipos de desenlace, en donde las posibilidades también son más bien ilimitadas. Nuestro cuento puede terminar por resolver su motivo, o bien puede acabar en un final “inconcluso” dejando al lector a que imagine el final. O uno de esos finales cíclicos en donde terminamos de nuevo en el comienzo, aquí el autor decide como firmar su obra. ¡Sin embargo! Nota importante:
¡El final debe ser producto de la justificación de los eventos sucedidos!
Si se respeta es peculiar regla, el cuento por lo general resulta en un texto redondo y completo.
¿A que me refiero entonces con el producto de la justificación de los eventos sucedidos? Muy sencillo.
Veamos la siguiente escena:
Así fue como Sir Láncelot, después de 10 días de arduo esfuerzo en el furor de la batalla contra aquél dragón, cabalga victorioso hacia el horizonte, acercándose poco a poco a donde el sol devora las siluetas de las aves que se funden con él. Su cabello, aunque pesado por la sangre absorbida de su presa, revolotea con la fuerza de un viento que promete un nuevo futuro. Y justo cuando Sir Láncelot decide voltear una última vez para admirar el castillo que abandonará para siempre, él… ¡Es atropellado por un trailer de doble remolque que contenía combustible y muere en una explosión!
Ok… Seguramente pueden notar cuál es el error en la escena anterior. ¿Cierto?
La aparición de un trailer de doble remolque que ni siquiera pertenece a la misma época de nuestro personaje, es totalmente injustificada. No hubo un solo indicio en la narrativa que indicara que había un trailer en alguna parte. Ahora bien, este es un ejemplo muy exagerado, pero hay que cuidar que los desenlaces de nuestras historias sean en base a la justificación de todo lo que sucedió.
Si en el ejemplo anterior hubiera mencionado a lo largo del cuento, que no se… Láncelot era un viajero del tiempo, la posibilidad de la aparición de un trailer sería más verosímil. Lo importante es que hay que justificar cada elemento de nuestro relato.
¡Bien! Ya hemos visto las cuatro partes fundamentales de nuestra historia. Gancho (G), Desarrollo (d), Clímax (C) y Desenlace (D). Una vez que se tiene bien claro qué es cada cosa, y que lo dominamos, podemos comenzar a mover un poco el asunto para darle nuestro toque único. Si pudiéramos graficar la estructura del cuento sería algo así:

G----------d---------C---------D
Eso es un cuento en una forma balanceada. Pero hay que admitirlo, es un tanto aburrido. Pero una vez que hemos aprendido esto, podemos modificar dicha estructura, y probar nuevas variantes:

G-d------------------------C-D
En el ejemplo anterior, nuestro clímax está casi al final, después de un largo desarrollo que sirvió de preámbulo para una explosión en la cúspide, y que termina abruptamente. O quizás podamos explorar aún más opciones:

G-d----C---------------------D
¿Se imaginan este cuento? Un gancho que te atrapa, un desarrollo corto y directo al punto, y de pronto ¡Boom! Un clímax que sube de intensidad. Pero entonces, el autor comienza a extender el clímax y a reducir su intensidad sutilmente, hasta que culmina en un desenlace más elaborado. Pero sigue sin ser lo suficientemente arriesgado para mi gusto:

GD----d--------------------C-D
Este ejemplo es algo ligeramente más complejo. Aquí podemos observar una historia donde se inicia directamente en el desenlace (que sirve como gancho) luego hacemos un salto hacia el desarrollo que se lleva normalmente, aumenta su intensidad en un clímax y de pronto nos damos cuenta que estamos de vuelta donde iniciamos, explicando y justificando el inicio.
Esta estructura puede variar de maneras infinitas y (si el autor lo desea) complejas. Conforme uno como escritor va tomando confianza, se puede dar la libertad de jugar con estos elementos a placer, siempre y cuando ¡ y sólo cuando! Todas sus partes estén en su lugar.
Para ilustrar mi explicación les invito a leer “La última pregunta” de Isaac Asimov.

Ahora pasemos a otras cuestiones igual de importantes: El protagonista, y el conflicto.
Estos dos elementos se debe tratar juntos, pues van de la mano. Uno no puede existir sin el otro. Sin embargo sus formas individuales si pueden cambiar.

CONFLICTO

Una vez, nos asignaron al grupo y a mi, escribir un cuento para el concurso Julio Verne de hace un par de años.
Tenía casi tres semanas para escribir un texto contundente, y para colmo, estaba en mi elemento: La ciencia ficción. Sin embargo, me encontré con un problema mayúsculo. Tenía un mundo donde desarrollar la historia, tenía un protagonista, tenía a los demás personajes, incluso había desarrollado un perfil psicológico completo y brillante del protagonista. Sabía como quería iniciar la historia, y sabía como quería terminarla. Técnicamente lo tenía todo, y no podía colocar la pluma sobre el papel gracias al único elemento que me hacía falta. El conflicto…
El conflicto es la esencia de nuestro cuento, es el motivo de nuestro desarrollo, y es el núcleo de nuestro clímax. Sin él no existe desenlace tampoco. En otras palabras: Sin conflicto no hay cuento.
Nuestro personaje necesita un motivo para trasladarse desde un hipotético punto “A” a un punto “B”. No puedes comenzar a escribir si tu(s) personaje(s) no tiene(n) un conflicto. Es la motivación del protagonista, y es el objeto central de nuestro clímax.
Después de dos semanas y media, por fin (mientras meditaba en la ducha) di con el conflicto de mi personaje. Teniendo tres semanas, tuve que escribir todo en sólo 3 días, teniendo un día para escribirlo, y dos para corregirlo. Sin embargo, todo valió la pena, pues el conflicto resultó encajar a la perfección con el resto de los elementos que ya tenía, resultando en un texto de calidad y muy aplaudido.
Como ven, el conflicto por si mismo, puede definir el texto a pesar de todos sus demás componentes.
Como un ejercicio, tomen cualquier cuento (filme o novela) y traten de sustraer el verdadero conflicto. Algunos conflictos pueden ser explicados en pocas palabras, y otros no tanto.
¿Cuál es el conflicto en digamos la serie animada Dragon Ball? La respuesta para esta es sencilla: Salvar al mundo.
Un poco más difícil ¿Cuál es el conflicto de Amelie? El conflicto aquí consiste en que la protagonista se dedica a ayudar a los demás, y es incapaz de ayudarse a si misma.
Aún más complejo ¿Cuál es el conflicto del cuento “El Aleph” de Borges? Este no se los diré, ya que descubrir el conflicto, es de hecho echar a perder el final. Es un cuento sencillo de encontrar, y más o menos corto. Les recomiendo buscarlo.
Hay veces que la trama completa gira alrededor de saber cuál es el conflicto, lo cual es un recurso que se puede explotar si se es lo suficientemente hábil.
Ahora bien, digamos que tenemos un conflicto. Pero ¿y si no hay protagonista?
Vamos a ponerlo claro:
LA FUNCIÓN DEL PROTAGONISTA ES LA DE RESOLVER EL CONFLICTO.
Muchas veces nos vamos a encontrar en una situación contraria a la que describía. Teniendo un conflicto, pero careciendo de un protagonista. Necesitamos un vehículo para nuestro conflicto y su resolución. Alguien que nos sirva de receptáculo de nuestro motivo. Vamos a tomar a un personaje y lo vamos a dotar de un problema, de una motivación, de un conflicto que rige su vida literaria.
Pero así como nuestro conflicto puede tener cualquier forma. Nuestro protagonista pude también ser cualquier cosa.
Puede que nuestro protagonista sea como dije, un faro de recepción de todos los problemas que querramos causarle al pobre. O puede estar ahí sólo para vivir un conflicto que ocurre a su alrededor.
Podemos tener a un grupo de personas que sean nuestro protagonista, un país, un animal, una tostadora, no importa. Debemos tener a aquel que va a cargar con nuestro conflicto. Pero igual de importante, necesitamos un ANTAGONISTA.
El antagonista no es el malo de la película necesariamente. No es el Big Boss de nuestro cuento. El antagonismo representa los obstáculos que enfrente nuestro protagonista, y que le impiden llegar a resolver su conflicto. Veamos un ejemplo:
Una vez, había un niño cuyo mayor anhelo era el de volverse millonario. Un día decidió comprar un boleto de lotería, y ganó. El niño vivió felizmente el resto de su vida. FIN
Como pueden notar, el pequeño relato anterior, carece de antagonismo. Había un protagonista, había un conflicto, pero no había nada que impidiera que el protagonista lo resolviera. ¿Pero qué tal si hubiera otro niño que se dedicara a robarle todos los boletos de lotería que compra? O que dado su estilo de vida, siempre que llegara a la tienda la encontrara cerrada y tuviera que idear una forma de entrar. O mejor aún, que después de volverse rico, descubriera que el dinero lo hace infeliz, transformando el motivo en el antagonista.
Es importante definir estas cuestiones ya que son las que le dan la consistencia al desarrollo.

Así mismo, tanto nuestro protagonista como nuestro conflicto actúan íntegramente con las partes de la estructura del cuento que se revisaron la sección anterior.
Nuestro gancho nos debe arrojar o apuntar de alguna manera hacia nuestro protagonista, no importa en que parte del cuento le encuentres esta relación.
Durante el desarrollo, se deben presentar tanto al personaje como su conflicto, o sus múltiples conflictos. Aquí mismo puede ocurrir lo que se le denomina un “giro” de la historia, donde un pequeño clímax ocurre y viene a cambiar el sentido de la historia y posiblemente traer nuevos conflictos. Puede haber tantos giros se deseen, siempre y cuando todos se resuelvan tarde o temprano.
Cuando por fin hemos llegado a nuestro clímax, el protagonista, o su representación según sea el caso, debe enfrentarse contra el conflicto, debe superar el obstáculo final, debe resolver su motivación, lo cual puede terminar en un nuevo giro tal vez, y después dirigirse hacia la conclusión.
En el desenlace, se atan los cabos que el protagonista y el antagonista fueron regando a través de la historia, y se decide si el conflicto fue resuelto o no.

LOGÍSTICA

Ok, hemos revisado el cuento con un protagonista y un conflicto. Pero hay muchos otros pequeños elementos a los que ponerle atención. Como la ambientación, co-protagonistas, personajes secundarios, personajes incidentales, y un largo etcétera. Sin embargo éstos no van a ser explicados aquí.
En cuanto a lo anterior sólo hay que seguir una sencilla regla. ¡Justifica!
Así es, si vas a poner a una anciana vendiendo manzanas, esa anciana tiene que ver de alguna manera con el resto del cuento.
Si el protagonista observó un anuncio y lo leyó en voz alta, o para sus adentros, pues entonces el mensaje del anuncio debe ser importante de alguna manera.
Llenar de descripciones innecesarias nuestro relato, o en su defecto, llenarlo de diálogos igual de innecesarios, sólo provocan que el texto se llene de la mencionada “Paja” y causa que se pierda el ritmo. O que simplemente te preguntes al final de todo ¿Y la anciana esa qué?
Si vas a colocar algo, entonces que ese algo sirva. Es todo lo que hay que decir para esta sección.

DURACIÓN

Muy bien, llegó la hora, la pregunta que muchos se hacen: ¿Cuánto dura un cuento corto?
Comenzaré diciendo que a pesar de llevar el nombre de cuento “corto” su extensión puede variar indefinidamente.
Los más aferrados y cuadrados dicen que un cuento puede durar hasta 30, 000 palabras. Más o menos diez veces la longitud de este artículo. Otros dicen que tiene que ser de 2, 000 palabras. La verdad es que no existe una longitud clave en el cuento corto. Más bien trata de una cuestión más delicada: La suficiencia.
¿Qué es corto? ¿Qué es largo?, ¿Consideran a caso que la biblia tiene “relleno o paja”? ¿Acaso puede tenerlo?
La cuestión de la longitud es algo relativo. Pero lo de la suficiencia no lo es.
Un cuento puede ser considerado como tal mientras no tenga más de lo que debe tener. No existe un cuento breve, sino un cuento suficiente.
Es más o menos como lo que mencionaba acerca de los personajes y diálogos secundarios. Mientras cada elemento del texto, sea apropiadamente justificado, eso quiere decir que dicho elemento no puede ser eliminado o se perdería el sentido del cuento, o habría un cabo suelto por ahí, lo cual uno como escritor no quiere.
Mientras todo en el relato tenga una razón de ser, entonces se está siendo breve. Pues se está poniendo lo que se tiene que poner por fuerza. No más, y no menos.
Piensen en alguna oración. La que gusten, digamos:
“El respeto al derecho ajeno, es la paz” –Don Benito Juárez
Esta frase esta factorizada hasta su expresión más simple y mínima, lo cuál hace que sea una frase breve, una frase suficiente, y por tanto corta.
Bien podría haber dicho: “Si todos nos respetáramos los unos a los otros, entonces entenderíamos que no tenemos derecho a meternos en la vida de aquel que ejerce sus derechos como uno mismo, y por tanto dejaríamos de pelear” Pero no… Hay muchas cosas en esta frase que pueden ser eliminadas, suprimidas, cambiadas, acortadas, de muchas maneras, hasta dejar simplemente lo que es esencialmente necesario.
O imaginen que a la primera frase, le sustraemos cualquier parte:
“El derecho ajeno es la paz” Eso no es necesariamente verdad, se trata de respeto. Intentemos de nuevo:
“El respeto es la paz” Suena bien, pero se pierde el mensaje diplomático que el buen Juárez quería transmitir.
Lo mismo ocurre con los cuentos, mientras logremos reducir nuestro relato a su forma más simple, entonces, sin importar su extensión, seguiremos siendo breves.
Es tu deber como escritor encargarte de que no le sobre ni le falte nada a tu texto.
LA DIFERENCIA…
Esto nos lleva por fin, a la diferencia entre los géneros.
Es necesario saber todo lo anterior para poder discriminar y discernir el tipo de texto que estás escribiendo.
La novela cuenta con una estructura casi idéntica a la del cuento clásico. Sin embargo, la novela cuenta con la peculiaridad de que pude haber más de un protagonista, puede haber más de un conflicto. Revisen sus libros de Harry Potter (si es que lo leyeron) y pueden darse cuenta de que en cada libro hay un conflicto distinto, y un conflicto global que abarca los 7 libros.
O por ejemplo, en la novela existen conflictos en diferentes planos. Como un conflicto social, donde el guerrero necesita liberar a su pueblo, y al mismo tiempo tiene un conflicto emocional, donde en el trayecto de la resolución del conflicto social, también debe resolver sus problemas de pareja, o encontrar el verdadero amor. Y puede haber cuantos conflictos se le ocurran al autor.
Hablando de la extensión de la novela. Hay novelas que son consideradas ambas cosas, Cuentos y novelas, por la cuestión de la suficiencia. Existen libros que cumplen también con los requisitos del cuento.
Otros textos son ridículamente pequeños, como por ejemplo “El dinosaurio” de Augusto Monterroso. Lo transcribiré aquí mismo:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”
¡7 Palabras! Y se le considera cuento. Sin embargo el señor Monterroso es tan hábil con la utilización de todo lo antes mencionado, que ya no juega con las reglas, sino con el lector. Un paso más allá de la genialidad. Y te obliga con esas pocas palabras, a imaginarte un gancho, un desarrollo, y un clímax, en cuestión de un segundo. Dándote únicamente una pequeña parte del posible desenlace. Hay que ser un genio para esto, sin duda.
Una diferencia más, radica en que la novela está pensada y escrita para poder leerse en etapas y poder continuar en otro momento. Mientras que el cuento generalmente debe leerse de corrido o se pierde la intención. Basta leer a José Saramago en “Intermitencias de la muerte” para darse cuenta de lo largo que puede ser un cuento, y de verdad no querer dejar de leer por miedo a perder el hilo.

Con esto termino este artículo/tutorial acerca del cuento, y los dejo con un pequeño esquema que puede serles útil para cuando estén planeando escribir un cuento, y lo pongo a manera de check list:

Nombre del personaje:
Universo donde vive:
Tiempo donde vive:
¿Qué es lo peor que le puede suceder?
¿Qué es lo mejor que le puede suceder?
Conflicto:





Gracias por la lectura.


Kundu del Castillo

Color despertador




¡Ahhhh! Ese maldito despertador.

No entiendo por qué lo compré, es tan… ¡Rojo! Maldita sea como odio el rojo. ¿Qué hora es? Ah si, por supuesto el susodicho despertador no me hubiera despertado si no fueran las siete y media. (Bostezo)

Tan bien que estaba soñando acerca de… Un momento, ¡Bah! ya se me olvidó que estaba soñando. ¿Me pregunto por qué nunca puede uno recordar sus sueños? Debe ser porque soñar es tan bueno que está prohibido recordarlo de inmediato. ¡Si eso es! Si uno recordara sus sueños entonces no querría despertar y volvería a dormir sólo para regresar donde se quedó. Supongo que debe ser eso. Oh cierto, ya pasan de las siete y media, mejor dejo de pensar en estas cosas, ya se me hace tarde.

Uf uf ¿Que le pasa al piso que está tan celeste? Juraría que se vuelve más claro cada mañana. Debe ser el invierno. Pero no me puedo quejar, prefiero el invierno que al verano con sus amarilleces. Mejor me pongo calcetines antes de que se me azulice el pie.

(Cocina)

Y bien ¿Qué habrá de desayunar hoy? Ash esta comezón matutina, ya debo tener la piel blanca de tanto rascarme. Echemos un vistazo a la nevera: Huevos azules, leche azul, restos azules del sándwich de ayer… Seee, supongo que será el sándwich.

¡Mmmm! Está igual de bueno que ayer, aunque le vendría bien un poco de amarillo. Tal vez si lo meto un poco al microondas. Eso es, un par de segunditos y… Ahhh el dulce verde indicándome que mi comida está lista. Veamos… ¡Biedn! Ahogda sdobe mocho mojor. (Gulp) Excelente, ahora… ¡Ah dios mio! Pero si ya son las ocho en punto. ¡Ah! Pero síguete levantando sólo media hora antes! Ni siquiera he podido meterme a bañar. Bueno con un día que pase no creo que suceda nada ¿Cierto? Oleré mi axila sólo por si acaso. (Snif snif) Mah, no está nada mal, no está tan oscura como pensé. Mejor me apuro.

(Puerta)

¡Ah! No hay nada como una bocanada de aire celeste para comenzar un día. Oh como adoro esa sensación de hojas violeta crujiendo bajo mis pies. Ojala fuera otoño o invierno más seguido así podrían violetar las hojas más seguido para que crujan. Pero, ah ¿Qué idiotez estoy diciendo? El verano necesita ponerlas amarillas primero, si no, no funciona. Bueno, como sea, caminar sobre ellas es delicioso.

¿Qué? ¡Ah! Shhhhht, ese condenado perro rojo otra vez. Como odio las cosas rojas, bueno, al menos así de rojas. Shhhhht ya cállate ¿Sí?, ya me voy, mira, mira, estoy pasando de largo ¿Ya?, shhhht, Sabes, podríamos ser amigos si no fueras tan rojizo. Pero bueno, allá tu. Mejor sigo caminando, como de costumbre ando tarde.

(silbido) Ah que buena canción, más tarde volveré para aprenderla en la guitarra.

–Si, eso sería buena idea.

“¡Ah! ¡Me asustaste!”

–Jaja eso parece. ¡Hola! Parece que llegaste a tiempo.

Uff, ok… Prepárate. Lo siguiente que salga de tu boca debe expresar exactamente lo que sientes. Debe expresar todo lo que te sucede interiormente de manera simple y no muy atrevida. Debe expresar esa revolución de sentimientos titánicos que se deshebran poco a poco con la intensidad y amarillez de su mirada. Debe poder decir lo increíble que es su voz en los diferentes tonos que me hacen desfallecer entre sus azules, sus verdes, sus naranjas. La insuficiencia de las palabras agolpadas en la punta de mi lengua chillando, gritando por la oportunidad de decirlas todas a la vez. El ardor blanco que causa su mirada en mi piel que se eriza cada vez que acerca su aliento de suave malva satinada a mi cara que espera con deseo desenfrenado y a veces mordaz una pequeña muestra extra de su tacto, amarillo y agradable. Debo poder decir la tremenda inspiración que más que inspirar, causa que exhale mi corazón. Un corazón que late a tumbos morados, profundos y llenos de notas claras y oscuras que llevan mi cuerpo a estremecerse de la calidez de terracota que me invade. Que no existe un foco de inspiración más intenso que el suyo, que su presencia hace que las musas de las personas, palidezcan y guarden silencio con tal de ser ellas quienes admiren la gama, los matices desbordantes que significan su mera existencia. Hacerle saber que los manjares que sus dedos bermellones evocan en mi, saben insípidos, verdes, con sólo imaginar como sería el roce de sus labios. Que mis extremidades se confunden en su actuar, en su teoría de cómo se debe demostrar afecto, de que tan naranja, que tan violeta, o que tan celeste debo ser. Que mi interior arde con amarillez, y que siento que puedo explotar si no hago de sus brazos mi abrigo, y su boca mi respiración. Debo hacerle saber que el universo plata se hace menos infinito si lo comparo con la distancia que desearía que tuviéramos. Que los amaneceres más escarlatas, o los anocheceres más fosforilocos, no compiten contra la explosión de tonos que entran por mis oídos cuando dice mi nombre. Que me derrito, que me muero, que sólo existo para ese momento en que pueda sentir su mirada de pantone en mi pecho burbujeante, de claro oscuros, de contrastes, de complementos, de gamas, de matices, de gradientes, de escalas, de canales, de policromos, de… luz.

Debo poder decirle que, aunque no pueda ver…

“Tu… Le das color a mi vida”






Kundu del Castillo

Las marcas de tinta no se borran



¿Alguna ves han visto esa combinación? Tinta y Agua...

Hace poco descubrí que tenía algo que agregar a la lista extraña de cosas que me gustan sólo por gustarme. Y no se que tienen esas manchas de tinta, esa estela que dejan en el fluido de mi mente que las hace tan atractivas. Cómo si de verdad representaran la adición de algo nuevo, en un vaso que es mi vida.

Me ha pasado mucho, continúo pensando, y voy descubriendo que en realidad no me ha pasado lo suficiente, porque el pasado eso es, y mi presente es mucho más importante. ¿Y la tinta? ¿Cómo haces para borrar lo indeleble?. Realmente no hay que hacerlo, supongo.

Alguna vez mi vida fue como aquella gota con un poco de tinta en ella. Difusa, pero llena de un color negro, que lejos de desaparecer, se expande como el oxígeno que exhalas cada vez que suspiras por un anhelo, por un logro, o por una decepción. Pero hoy en día, hay más agua que tinta, y hay veces que me pregunto que tan positivo es eso. ¿No sería extraño mirar a través del vaso y no encontrar ni una pizca de ese color? Creo que la vida también es eso: La distinción entre lo bueno y lo malo. También de lo creíble y de increíble. De la infelicidad y de la felicidad misma que buscamos. Imposible de encontrar hasta que por comparación, te encuentres metido en ella, sin escape, tal como su contraparte. Es lo mismo en realidad.

Tampoco he podido olvidar, que para pintar, es necesario agregar más o menos fluido, se tiene que matizar con delicadeza los detalles que hacen de una obra lo que es. Y hay que agregar de vez en cuando, errores que no son errores, para que la pintura se humana. Para que quieran observarla.

Este clima frío, me hace recordar una que otra mancha, uno que otro gris difuminado por lo húmedo de mi pincel que rompí hace mucho. Como un símbolo de que nadie repetiría mi obra, ni siquiera yo mismo. Es curioso si lo piensas bien; quedarte ahí admirando algo que no puedes repetir jamás, y pensar "Cielos, ¿En serio eso lo hice yo?" Me pasa cuando dibujo también. Pero está bien, porque sabes que nada, nunca te quitará esa imagen. Lo difícil es guardarla en tu bolsillo, y admirarla sin tocar ni hacer.

Es mi técnica favorita ¿Sabes? La tinta china, creo que lo mencioné alguna vez. Se hace con cuidado, con paciencia de la que carezco y saco de no se donde, con una dedicación más allá de lo humano, en lo artístico. Muy lento, y con mucha precisión, porque sabes que un error, es perderlo todo. No existen errores sobre el guarro, sólo las muestras de la perfección con que lo hiciste, o de tus equivocaciones también. Pero todo, todo se queda en ese dibujo. Cada muestra de tu pericia con el pincel y la tinta inborrable queda plasmado, y queda en ti decidir si dejar ese error tan humano tuyo, o esconderlo y simular que es otra cosa. Tinta y agua, en verdad es como he vivido.

No quiero ser malinterpretado, esta obra que llevo, es grandiosa a mis ojos, y con cada mancha hecha por mi nuevo pincel, me convenzo de que nunca dejaré de pintar. Y que pase lo que pase, quedarás, permanente en eso que he hecho para la admiración de los demás, y sobre todo, para mi mismo.

Que dulces formas, aquellas de la tina en el agua. Fortuitas, pero semejantes cada vez.

A quien corresponda.




























Hace centurias que camino en la piel viva de mis plantas
Sol incansable e inclemente que hierve el asfalto.

Las huellas, aunque parecidas,
ni siquiera son mías
Más bien son tuyas, que decidiste bajar de mis brazos.

La lengua se vuelve reticente,
Sangre que baja por mi garganta.

El pasado, desdice lo que nuestros labios hicieron,
sólo deja un presente seco, cansino:
Hojas que crujen bajo los pies que sangran.

Ahora, en mi ceño, sólo queda añoranza
Imagen tuya infranqueable y desdeñosa
creo, que ya no quiero caminar.



Nora del Castillo

Como una fuente



Siguen pasando los días, cada vez más lentos y cada vez mas vanos. Quisiera poder observar mi vida por fuera, aunque sea por un segundo. Quisiera poder observar cuales han sido los resultados de las decisiones que he tomado. Pero al menos por ahora, sigo encerrado detrás de mis pupilas, obligado a ver el mundo de cualquier otro, y en especial el tuyo.

Fue entonces cuando alguien me dijo, que no era otra cosa más que agua, rodeando una fuente. Sin duda, aquel fluido indicador de pureza también puede tener sus fallas. Curiosa dinámica la de el agua y la estatua. Por separado, son igual de bellos. El agua corriente, con deseos de ser un río, purificarse con forme avanza, no ser igual nunca, y ser un río distinto cada vez que lo miras. La figura de piedra, labrada con el cuidado de aquel escultor que decidió sublimar la belleza dentro de un trozo de cantera, ya que no necesita nada más para que los sentimientos se vuelvan eternos, estáticos, perdurables por fin, para que el escultor pueda morir en paz, y su obra lo haga inmortal.

Así es la belleza de cada parte, que algún soñador quiso unir. La belleza del agua y la eterna hermosura de la piedra, en un ciclo que los alimentaría y los sustentaría para formar algo más sublime: Una fuente.

Como conjunto, la belleza de la unión entre la naturaleza y arte, no tienen comparación. Cada mente excéntrica que ha querido exaltar la profundidad de su jardín, ha querido sin duda agregar el significado eterno de la piedra y el agua. Adornar con su ciclo aparentemente infinito la naturaleza a su alrededor. Sin embargo, aquellas mentes, aquel mundo y aquellos artistas han sido lo suficientemente egoístas, como para no dar cuenta de los hechos más simples de dicho juego: El agua se estanca, y la piedra se erosiona.

El artista, nunca ha tenido en cuenta que existe una interacción entre la fuente, los elementos de la fuente, y la naturaleza a su alrededor. Cada jardín tiene sus hojas caídas, y el trabajo del río es absorber aquella basura, que terminará siendo parte otra vez de la naturaleza, pero dentro del ciclo infinito de la fuente, no existe a donde llevar la tierra, y tarde o temprano aquellas hojas, aquella tierra, aquella naturaleza estancada se vuelve moho.

La naturaleza de la piedra, siempre ha sido la de marcar el incansable camino del agua, y a pesar de su apariencia rígida, es capaz de filtrar dentro de ella la impureza. La piedra que absorbe, paga el precio del desgaste paulatino, y de vez en cuando, quisiera pedir con la voz que el mundo no le otorgó, un descanso.



Es así como la fuente, el agua y la piedra, deciden ser cada uno una belleza individual, tal vez sólo para extrañarse, para querer volver a ser en sueños, un agua más clara, y una piedra más limpia.



Kundu del Castillo

Kundu del Castillo

Kundu del Castillo

Relatos de un cuervo

Relatos de un cuervo
Sin ser humano, se decidió por fin a dar vida a la razón.

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Existen una minoría en este mundo, de personas que se quedan admirados de su propio pensamiento, y no obstante, que se dan cuenta de la peculiaridad de esa cualidad como especie que tenemos, de conocer y pensar sobre nuestro nuestra propia situación llamada existencia. Me considero una persona al tanto de la belleza que nos rodea, al tanto de los diferentes mundos que existen dentro de las mentes de los otros. Y gracias a eso, me he convertido en una persona en constante búsqueda de aquellos que parecen brillar y resaltar de entre una multitud de indiferencia, y tal vez ignorancia hacia la naturaleza que nos rodea. A través de este medio, quisiera idealmente hacer saber, mi lado menos humano, y por lo tanto, más natural, con la esperanza de que por un instante dejen a un lado su humanidad y se dediquen a observar, a pensar, y saborear las texturas de la subjetividad.

Por ejemplo, si vienes a visitarme todos los días a las cuatro de la tarde, desde las tres ya estaré felíz.

Lean esto:

Saber que

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la nada

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eres tu.

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