Recuerdos de mi presente

Hoy tengo tanto que decir, que no me voy a detener hasta que caiga dormido, o hasta que mi hora de acostar sea inminente o poco práctica para levantarme al día siguiente.

Primeramente, estoy contento, hoy hice algo que me llenó y me hizo sentir orgulloso.

Pues dejen les cuento que hoy fui a un centro de cirugía reconstructiva que no queda lejos de mi casa. Mi maestra de trastornos de la comunicación nos dijo, a un par de compañeras y a mi, que fuéramos para visitar las instalaciones y ver como es la atención de los pacientes en esa área.

Mi mentora tenía labio leporino, tuvo su operación y ahora goza de una pronunciación excelente y hasta es considerada atractiva. Así mismo, es la labor que hace es admirable, pues comprendiendo la situación en que se encuentran los niños que nacen con este defecto, se dedica a rehabilitar y operar a dichos infantes para que corran con la misma suerte que ella. Es realmente de respeto.

Donde entro yo? Pues a pesar de que la maestra hace un trabajo maravilloso con esos niños, no tiene una formación psicológica, ya que ella es médico. Así que me ofrecí a dar terapia a niños con esta malformación, y de paso ayudar al trastorno comunicativo que presentan en su mayoría.

Hoy me tocó atender dos niños. Fátima de 3 añitos, y Alexander de 9, ambos con su labio leporino ya operado, pero con dificultades en la pronunciación de la S, y R.

Estaba de lo más nervioso al principio, una cosa es dar terapia a gente mayormente autómata, que entiende que está contigo porque tienen algún problema, o que realmente necesitan ayuda. Eso da como resultado un respeto inherente (la mayoría de las veces) a tu posición como terapeuta. Pero para los niños...

Los niños son distintos, ellos están lejos de entender que tienes una formación y años de estudios. Que sirves para ayudar, y que de su cooperación depende su mejora. No, los niños te ven como un adulto extraño que habla y viste chistoso, al cual, como desconocido, le tienen una reserva temerosa de entrada. La empatía se trabaja de manera distinta, pues no te ven como un profesional, sino como otra persona más. En especial en edades tan reducidas como esta.

Así que mi maestra, me dio a mi primer niño, me dijo qué era lo que tenía que trabajarse, el material, me persignó, y "Buena suerte Aaroncito". Estaba por mi cuenta.

Imaginen, uno no sabe que se puede encontrar en la mente de un niño de bajo recurso y con una historia probablemente escabrosa! Podría no se... Morderme!!! jaja Debieron haber visto mi cara. Ni siquiera cuando atendí a mi primer paciente psiquiátrico me sentí tan nervioso.

Fátima fue la primera. Y pues resultó, que era muy bien portada. Primero me miró con recelo, y creo que podía oler mi nerviosismo. Pero al final, respiré, me calmé, puse mi mejor sonrisa, adecué mi voz lo mejor que pude, y comencé a trabajar.

Dicen que hay que saber utilizar tus recursos. Sin supervisión de mi maestra, tenía que arreglármelas solo. Contaba únicamente con unas tarjetas con figuritas, un cuaderno, un lápiz, y unos colores. Así que de inmediato mi ardilla echó a andar y pensé "¿Qué cosa se hacer bien?". La respuesta emergió con forme vi mis instrumentos: Dibujar.

Resultó ser un éxito. Por medio de esta estrategia, capté de inmediato la atención de mi paciente. Dibujando cosas que comenzaran con R, y practicando la fonética con cada trazo que hacía. A Fátima parecía encantarle sólo verme dibujar lo que me pedía. Lo había logrado, el Raport, y la Terapia.

Si funcionó una vez, funcionaría una segunda. Así que con Alexander hice algo parecido, pero esta vez más a conciencia. Dio resultado inmediato. Le gustaban los personajes de disney, y no son mucha complicación. Y así, duré toda la mañana.

Más de dos horas con cada paciente. Me sentí orgulloso, cosa que acrecentó cuando la maestra me felicitó por mi trabajo y me dijo que había roto record en duración. Me dijo que yo parecía tener una conexión especial con los niños en general y que me iba a ir muy bien. Que mi habilidad me proveía de una fuerte herramienta terapéutica que no debo desperdiciar.

Ha sido una experiencia encantadora.

La verdad es que no es mi área, educación especial simplemente no estaba en mis planes, terminé ahí casi por error. Pero algo es cierto en sus palabras. Desde que tengo memoria, los niños me buscan mucho. No se, les caigo bien sin hacer mucho esfuerzo. Es algo verdaderamente raro, es como si ellos supieran algo que yo no.

Definitivamente hice la mejor elección de mi vida al escoger mi carrera en la mente de todos ustedes.

Me sentí tan pleno, que volví a casa temprano, y me propuse devorar la mitad restante del libro que llevaba abandonado un rato. "El psicoanalísta". Un par de horas bastaron y lo terminé....

OMFG!!!! Está buenísimo!!! Lo que le sigue!!!! ajem... (compostura). Si como les decía, es una lectura estupenda, una trama bien llevada con una narrativa excelente, que realmente no te cansa en ningún momento. La sucesión de eventos no se siente forzada, sino que fluye a buen paso y segura. Como si el escritor hubiera imaginado todo en su cabeza, y simplemente lo hubiera plasmado. No se inventó ninguna parte, sólo lo escribió tal y como apareció su idea en la mente. Buenas vueltas de tuerca, buenos personajes, buenos diálogos.

El vocabulario, a pesar de utilizar terminología especializada pues se trata de un psicoanalista, es muy amable con cualquier tipo de público y se disfruta. No deja que ningún termino muy rimbumbante quede sin ser explicado, y dicho lenguaje técnico, es más bien un factor de nostalgia para un psicólogo lector. Lo disfruté cada momento. Se los recomiendo enormemente. Ahora a ver cual libro me agarro, ya me acabé los de mi librero y este era prestado, así que iré en busca de alguno a la librería, o robaré alguno de la casa de alguien más jojo.

Sin embargo...

No todo ha sido miel sobre hojuelas. Hay algo en mi, una punzada constante que me distrae. Un pequeño escozor que no me deja ignorarlo. Hay algo en mi estructura mental y emocional que se siente fuera de balance. Algo inefable, algo indeterminable. Creo que son mis memorias.

Disfruto de mi soledad, y al mismo tiempo no puedo vivir con ella. Es un juego de ir y venir, que regodearme con mis logros, y de lamentar no poder compartirlos con alguien. Es ver la hermosura del mundo, y pensar que esos momentos de total armonía o de belleza inusitada son un regalo para mis ojos, y así mismo, tener la esperanza de poder tener a alguien cerca, y poder decir ¿Estás viendo lo mismo que yo?

He crecido y por obviedad, soy alguien diferente. Pero a la vez soy el mismo. El mismo armazón cubierto de diferentes cosas. Las circunstancias te cambian, siempre te cambian, entiendes, comprendes, rechazas, te das cuenta de la realidad de las cosas mientras caminas, y gracias a eso, a veces, tienes que sacrificar aspectos de ti mismo para poder dar lugar a nuevas manera de ser.

Los recuerdos son los que me agobian en veces...

Me recuerdo caminando, y el mundo siempre parecía tener un filtro puesto en mis ojos, donde las cosas se movían de manera más lenta, donde los colores parecían resaltar como cuando la humedad de la lluvia vuelve las cosas de un color más intenso. Recuerdo un clima perfecto, causado por mi humor y no por el sol. Recuerdo, que todo cuanto veía, tenía un poco de toda esa belleza que tanto me empeño en buscar. Es como si antes fluyera a través de mi alma, y hoy tengo que ir a buscarla.

Tiene sus pros y sus contras. Antes era un hombre mayormente triste. Me gustaba estarlo de cualquier forma. Escrito tras escrito, dibujo tras dibujo salían a borbotones de mi yemas. Y cualquiera con un poco de gusto, apreciaba mis obras. Pero... Quien desea estar triste por siempre?

Hoy, por otra parte, veo la belleza, pero parece ser que de una manera más compleja que antes. La felicidad y la hermosura tienen ahora más piezas que hace tiempo. Como si armara un rompecabezas de mil piezas, en vez de uno de cien para armar la misma imagen. Pero esto no es algo necesariamente malo. Con cada pieza, se disfruta más el camino, y con cada nuevo rompecabezas armado viene una satisfacción más duradera. Es sólo que es inequívocamente más complicado.

Las personas que conozco también parecen haber cambiado. Antes de alguna manera, lograba encontrar siempre a aquellos que veían el mundo de una manera parecida, o al menos cercada a mía. Personas con un sentimiento artístico que las hacía brillar por así decirlo.

Hoy en día, observo el brillo, pero maldita sea, Está en todas partes!!!

Sin embargo, no puedo dejar de pensar que desluce un poco ante la posibilidad de tener un tipo de arte concreto en el cuál resguardarse.

Tengo estos recuerdos, de mi, escribiendo cadáveres exquisitos, hablando en prosa de una manera tan suelta, que parecía mi voz nativa. Recuerdo conversaciones enteras habladas en metáfora, cosas que significaban exactamente lo que quería decir, y si el mensaje llegaba exacto o algo distorsionado, estaba bien de cualquier forma. Había tanto arte crudo en aquellas palabras.

Recuerdo que nada importaba en esas fechas, mientras el arte y el amor prevalecieran en mi vida. Podía pelear con quien fuera, y este perdería por ignorante y no por enclenque. Eran épocas donde defender en lo que uno creía, era un actuar natural y poco meditado.

Eran días donde llovía... Siempre llovía.

Y el olor a tierra mojada es lo único que parece prevalecer hoy en día.

Ya no he encontrado a personas como esas... Tan... Sensibles, tan poéticas, tan enamoradas del universo como yo lo estoy. Al menos ya no me comunico con ninguna, no así.

Se que están ahí afuera, se que están leyendo esto. Pero mi pregunta es, ¿Por qué las extraño entonces?, ¿Por qué no se donde quedaron?, ¿Eres tú acaso?

¿Si soy feliz? Si, la verdad es que si lo soy.

Alguien sabio que vivió en Alaska durante un año, escribió antes de morir:

La verdadera felicidad sólo es verdadera cuando se comparte.

Bueno, hoy en día tengo mucho que dar.

Buenas noches.

Su amigo por sobre todas las cosas Kundu del Castillo

Kundu del Castillo

Kundu del Castillo

Relatos de un cuervo

Relatos de un cuervo
Sin ser humano, se decidió por fin a dar vida a la razón.

About

Mi foto
Existen una minoría en este mundo, de personas que se quedan admirados de su propio pensamiento, y no obstante, que se dan cuenta de la peculiaridad de esa cualidad como especie que tenemos, de conocer y pensar sobre nuestro nuestra propia situación llamada existencia. Me considero una persona al tanto de la belleza que nos rodea, al tanto de los diferentes mundos que existen dentro de las mentes de los otros. Y gracias a eso, me he convertido en una persona en constante búsqueda de aquellos que parecen brillar y resaltar de entre una multitud de indiferencia, y tal vez ignorancia hacia la naturaleza que nos rodea. A través de este medio, quisiera idealmente hacer saber, mi lado menos humano, y por lo tanto, más natural, con la esperanza de que por un instante dejen a un lado su humanidad y se dediquen a observar, a pensar, y saborear las texturas de la subjetividad.

Por ejemplo, si vienes a visitarme todos los días a las cuatro de la tarde, desde las tres ya estaré felíz.

Lean esto:

Saber que

Saber que

la nada

la nada

eres tu.

eres tu.

Search