Hace centurias que camino en la piel viva de mis plantas
Sol incansable e inclemente que hierve el asfalto.
Las huellas, aunque parecidas,
ni siquiera son mías
Más bien son tuyas, que decidiste bajar de mis brazos.
La lengua se vuelve reticente,
Sangre que baja por mi garganta.
El pasado, desdice lo que nuestros labios hicieron,
sólo deja un presente seco, cansino:
Hojas que crujen bajo los pies que sangran.
Ahora, en mi ceño, sólo queda añoranza
Imagen tuya infranqueable y desdeñosa
creo, que ya no quiero caminar.
Nora del Castillo
La (mi) musa perdida
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Tú no eres mía, yo lo sé,
pero al verte, no me puedo contener.
El tiempo fue nuestro enemigo,
pero ni el destino sabía que traería consigo.
Debajo de un ma...
Hace 4 años